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domingo, 1 de septiembre de 2013

EL ORIGEN DE LA TIERRA

La creación en la Mitologia Nordica o Escandinava. Primera Parte.- 
Se dice que, en un principio, existía el frío y el calor. 
Al empezar la creación, en el mismo centro del espacio se abría Ginnunga, el terrible abismo sin fondo y sin luz.
 *A su norte estaba la tierra de Niflheim, un mundo de agua, oscuridad y hielo perpetuo, que se abría alrededor de la eterna fuente de Hvergelmir, fuente en la que nacían los doce ríos del Elivagar, las doce corrientes que corrían hasta el borde de su mundo, antes de encontrarse con el muro de frío que helaba sus aguas, haciéndose caer también en el abismo central con un estrépito ensordecedor. 
*Al sur de este caos estaba  la dulce tierra del calor, que era Muspell, el reino de fuego, luminoso y caliente. 
Cuya custodia estaba encomendada al gigante  Surtr, el fuego, que saldrá en el fin del mundo con su espada flameante a terminar con los dioses. 
Surtr, este gigante era quien lanzaba nubes de centellas al blandir su espada flameante, llenando de su fuego el cielo, pero este fuego a duras penas conseguía fundir los hielos del abismo, y el frío volvía a vencer de nuevo, haciendo que se elevase una columna de vapor que tampoco podía escapar del abismo, puesto que al volver a encontrarse con el mundo del hielo, se condensaban las grandes columnas de humedad, llenando de nubes el espacio central. 


Fue así como de este caos y vapor central surgió gigante Ymir, la personificación del océano helado, padre de la estirpe de los Gigantes de Hielo y nació con hambre voraz, que sólo pudo saciar con otra criatura nacida al mismo tiempo que él, la vaca gigante Audhumla, de cuyas ubres brotaban cuatro chorros de leche. 


La vaca gigante Audhumla, buscando ávidamente su alimento, lamió un bloque de hielo que le sabía a sal y, fundiéndolo, con su lengua, hizo aparecer el buen dios Buri, enterrado desde tiempo inmemorial en los hielos perpetuos. 
Pero mientras, Ymir, dormido plácidamente alumbró sin darse cuenta, con el sudor de su axila, a Thrudgelmir, el gigante de las seis cabezas y éste hizo nacer después a su compañero Bergelmir. 
De los dos Thrudgelmir  y Bergelmir salió la estirpe de todos los gigantes malvados del hielo. Ese fue el origen de los "gigantes de escarcha", también llamados yotes.
La vaca gigante  Audumbla siguió lamiendo la escarcha sagrada de las rocas sal, de donde surgió lentamente el primer hombre, Buri, que era hermoso, grande y poderoso, y de quien descienden los dioses llamados ases, o dioses buenos. 
Bure, engendró un hijo y aliado llamado Börr. Los gigantes de escarcha comprendieron inmediatamente que ese era el único momento en el que podía ser factible tratar de vencer al bien, a los ases. Inmediatamente, los gigantes comenzaron la guerra. 
Pero las fuerzas estaban demasiado igualadas y el combate duraba y duraba, fue entonces cuando Börr desposó a Bestla, la gigante hija del gigante Bolthorn, y de esa unión tuvieron tres hijos y aliados inmediatos para su causa y fueron Odín, Vili y Ve. 
Odín, que representaba al espíritu.
Vile, representando la voluntad.
 Ve, representaba lo sagrado.

Con esta vigorizante ayuda, el nuevo ejército del bien hizo retroceder a los malvados espíritus del hielo en retirada, hasta dar muerte al gigante Ymir (también llamado Hrim, el gigante de hielo, y Orgelmir), de cuyas tremendas heridas brotaban enormes chorros de sangre que ahogaron a todos los gigantes de escarcha, salvo a Bergelmir y su esposa, quienes pudieron salvarse a tiempo, huyendo en una barca hacia el límite del mundo, donde no podrían llegar los ases.  
Habiendo ganado la batalla, Odín, Vile y Ve se llevaron el cadáver de Ymir al abismo, para que con sus inmensos restos mortales pudieran comenzar a trabajar en la construcción de un mundo habitable. 
Con su piel construyeron la región de Midgard, o jardín central; con su cráneo la bóveda celeste y su cerebro se esparció formando las nubes, con los huesos se hicieron las montañas; con su vello, la vegetación; con su sangre, hicieron el mar y los ríos; con sus muelas las rocas; con sus dientes, los acantilados, sobre los que colocaron las cejas del gigante, para fortificar la frontera con el mar. 
Pero, a mucha distancia de ellos.
*Los gigantes Bergelmir y su mujer alcanzaron una inhóspita tierra que poco afectaba a esas criaturas del frío, estableciéndose en un lugar al que llamaron Jotunheim, la casa de los gigantes, en donde empezaron a dar vida a otra raza de gigantes del hielo con los que continuarían la furiosa lucha contra las fuerzas del bien. 
Así fue el origen de la Tierra.

Debajo pusieron a cuatro enanos para sostenerlo: 
Nordi, Sudri, Austri y Vestri (los cuatro puntos cardinales, Norte, Sur, Este y Oeste). 
Sólo faltaba la iluminación de ese espacio y los dioses acudieron a Muspells, a hacerse con fuego de la espada de Surtr, fabricando con sus centellas las luces del firmamento. 
Con las dos mayores centellas de Musspel, los dioses realizaron el Sol y la Luna, colocándolas sobre dos carros que girarían sin parar sobre Midgard, turnándose incesantemente en el cielo, carrozas guiadas por los dos hijos del gigante Mundilfari, su hija Sol y su hijo Mani. 

Ambas carrozas, para mantener viva la pugna constante entre el bien y el mal, serían eterna e inútilmente perseguidas por los dos lobos Skoll y Hatri, encarnaciones vivientes de la repulsión y del odio, que trataban de alcanzarlos, sin conseguirlo más que en alguna rara ocasión, los días en que había eclipses de sol o de luna y la tierra se sumergía en oscuridad.  
Para hacer el día, el hermoso Dag (hijo de la diosa de la noche Naglfari), fue el encargado de llevar la carroza del día tirada por Skin, el brioso caballo blanco que producía con sus cascos la brillante luz del día, y la noche, fue encargada a Note, hija del gigante Norvi, quien se encargaba de conducir la carroza negra de la noche, que estaba tirada por su negro caballo Hrim, el que lanzaba a la tierra el rocío y la escarcha producido en su trotar. 
Más tarde, al cortejo celeste se le fueron añadiendo las seis horas, y las dos grandes estaciones, el invierno y el verano. 
Ya estaba la Tierra lista para ser ocupada por los primeros seres creados por los dioses. 
Organización Promotora de Actividades Educativas,Desarrollo y Bienestar Social sin fines de Lucro en beneficio del más necesitados niños,joven y adulto mayor.

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