Cualquiera que tenga en su casa perro, gato o cualquier tipo
de mascota sabe del papel importante que desempeña un animalito en la familia, pero seguramente
no sabe que la relación del ser humano con los animales jugó un papel
determinante incluso en la propia evolución de la especie, y que nuestra
empatía y nuestro lenguaje no serían los mismos sin ellos.
La paleontóloga Pat
Shipman en su último libro, La conexión animal, el vínculo con los animales
jugó un papel esencial y beneficioso en la evolución humana en los últimos 2,6
millones años. Según su teoría los homínidos primigenios tuvieron que aprender
a ponerse en el lugar de los animales para evitar ser atacados por ellos o bien
para cazarlos, lo que provocó el desarrollo de la empatía en el cerebro y las
emociones humanas.
Con el tiempo, explica Shipman, el volumen de información
sobre los animales aumentó, los beneficios evolutivos de la comunicación de
este conocimiento a otros también, y el lenguaje evolucionó como un medio
externo de la manipulación y transmisión de información a través de símbolos.
“Aunque no podemos descubrir el uso más temprano del lenguaje mismo, podemos
aprender algo de los primeros artes prehistóricos, obras de arte donde representan
a los animales.
Tras acumular una gran cantidad de información acerca de los
animales el hombre comenzó a domesticarlos con fines muy variados: “Ofrecían inmensos
recursos renovables para tareas como el seguimiento de juego, la destrucción de
los roedores, la protección de familiares y bienes, prestación de lana para el
calor, el transporte de seres humanos, mercancías a largas distancias, y la
proporción de leche a los bebés humanos”, explica la antropóloga.
Dice el psicólogo clínico Félix Zaragoza que la evolución de
esta relación entre seres humanos y animales ayudó a que la primera especie
desarrollara, pues, características específicamente humanas, como son la
empatía, la compasión y el compromiso. Aspectos que todavía seguimos fomentando
continuamente a través de una relación que es “fundamental” para el ser humano.
El amor por los animales, el arma más poderosa del ser
humano
Él es muy consciente de lo “valiosa” que es la unión entre
un animal y un ser humano, ya que muchas veces en su terapia recurre a ellos.
Durante el verano, por ejemplo, lleva a niños autistas, discapacitados o con
problemas neurológicos a nadar con osos marinos, una actividad de lo más
gratificante para los pequeños, que pueden abrazar algo parecido a un “peluche
gigante” que tiene un carácter “parecido al de un perro”, como explica
Zaragoza.
Y es que la afirmación de que el perro es el mejor amigo del
hombre no es simple palabrería. “La relación que desarrollamos con las mascotas
es muy importante y muy valiosa, es diferente de la que tenemos con amigos o
familiares y nos enriquece de otra manera, por otros canales”, explica
Zaragoza.
De hecho, en un test psicológico que se realiza con
frecuencia se muestran dos fotografías; en una de ellas aparece un hombre
sentado en un sofá junto a un gato y en otra está el mismo hombre, pero sin
gato. Ante la pregunta
“¿quién te parece mejor persona?”
una amplísima mayoría
de participantes responde que el hombre que aparece con el gato.
Y es que, como apunta Zaragoza, los animales no juzgan a sus
dueños, sino que los aceptan y quieren tal cual son. Por eso es tan especial el
vínculo que desarrollamos con ellos. Por
eso y porque nos permite tener a ‘alguien’
con quien desahogar nuestras emociones, ‘alguien’ de quién preocuparnos
y ‘alguien’ que nos acompaña y nos aprecia sin condiciones.
* Para los que no lo hayan leído, «La historia de Edgar
Sawtelle», es mejor que hacer un master sobre el tema.
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