Tilsa Tsuchiya Castillo
Es hija del médico japonés Yoshigoro
Tsuchiya, quien nació en la ciudad japonesa de Chiba y llegó al Perú luego de
estudiar medicina en Estados Unidos y de la peruana descendiente de chinos,
María Luisa Castillo.
Es considerada como una de las mayores exponentes de la
pintura en el Perú por haber ganado el prestigioso Premio Bienal de Pintura
Teknoquímica en 1970, cuya obtención significó su consagración como artista,
marcando un cambio de rumbo en la plástica peruana. Creó un mundo dominado por
personajes de leyenda, ajeno a la postura política que muchos artistas
plasmaron en sus obras en tiempos de dictadura militar.
Tilsa nació en Supe un 24 de setiembre de 1929, fue la
sétima entre los ocho hermanos que quedaron huérfanos tempranamente. Tilsa fue
conocida en el entorno familiar con el sobrenombre de "la chola", desde
chica contemplaba dibujar a su hermano Wilfredo y despertó en ella un gran interés
por el arte y a los ocho años aprendió a dibujar y desde entonces ella sabía
que sería una artista.
Ingresó a la Escuela Nacional de Bellas Artes (ENBA) en 1947
en ese mismo año enfrentó la muerte de su padre y dos años después la muerte de
su madre, motivos por los cuales se vio obligada a interrumpir sus estudios
para poner una vidriería y taller de enmarcado con su hermano Wilfredo. Además
durante la posguerra, los descendientes de japoneses fueron agredidos y
maltratados debido al apoyo que en esos momentos el Perú daba a Estados Unidos.
Cuando reanudó sus estudios asistió a los talleres de dos grandes maestros:
Carlos Quíspez Asín y Ricardo Grau.
Tilsa pertenece a la “promoción de oro” de la ENBA, formada
por Alberto Quintanilla, Gerardo Chávez, Alfredo González Basurco, Oswaldo
Sagástegui, Milner Cajahuaringa y Enrique Galdos Rivas. Al estar becada, ella
tuvo que esforzarse el doble que sus compañeros. Esta condición hizo que
explote su talento logrando egresar en 1959 con el Gran Premio de Honor y
Medalla de Oro.
Entró al mundo artístico con el pie derecho. Ganó una beca
para estudiar en Francia y presentó su primera muestra individual en el entonces
célebre Instituto de Arte Contemporáneo. En su primera etapa pintó bodegones
que recrearon su vida en el barrio chino, lugar que dejó para estudiar en
Europa.
Estudió francés, historia del arte y grabado. Tilsa llegó a
París consciente de que en Lima había aprendido a pintar y que ahora necesitaba
ampliar sus conocimientos en otras disciplinas. En tres años Tilsa maduró, se
las ingenió para vivir con poco dinero pero enfermó de tuberculosis.
Le interesó muchísimo el arte
medieval y no el que se gestaba durante su estadía en París. Al respecto
declaró: “Viendo todo lo nuevo, fácilmente hubiera podido `pegarme´ a lo que
cambia todas las semanas. Creo que un artista debe seguir lo que le nace, debe
ser fiel a sus voces interiores, y no cambiar cuando cambian los gustos o las
demandas del mercado. A mí nada de eso me interesa”.
En 1963 se casó con el francés Charles Mercier y adquirió la
nacionalidad de su esposo, ese mismo año nació su segundo hijo Golles Mercier
Tsuchiya.
Cuando regresó al Perú, en 1967, comenzó a desarrollar su
mitología personal que iba contra las propuestas visuales de ese entonces. En
el dibujo Tilsa encontró la herramienta perfecta para hacer bocetos de sus
cuadros y probar modificaciones y variantes. De su amistad con el poeta Arturo
Corcuera nacieron las ilustraciones para el poemario “Noé delirante” y “De los
duendes y la villa de Santa Inés”.
En la década del 70 el erotismo
fue el tema central de sus obras. Para Tilsa los grandes amores eran símbolos
de unidad y armonía. De allí se desprende en 1975 “Tristán e Isolda”, cuadro
que la consagró como una de las pintoras más importantes del país.
En él se
muestra a un hombre y una mujer sin brazos frente a frente con las lenguas
entrelazadas sobre una nube que flota por encima de un paisaje de montañas y
árboles. La artista solo expuso este cuadro acompañado de la ópera de Wagner. Esta
obra no estaba en venta, pues sería la herencia de su hijo Gilles. Solo se
vendió el grabado.
Finalmente en 1975 regresó al Perú y se instaló en la Calle
Portugal, del distrito limeño de Breña. A partir de entonces su trabajo empezó
a adquirir elementos de fantasía y narrativa, incorporando aspectos de la
imaginería y de la mitología de los indígenas peruanos con influencias
europeas.
Falleció en 1984 un 23 de setiembre, víctima del cáncer, a
los 55 años de edad.
La obra de Tilsa era fascinante por su técnica, por su
manera de aplicar la pincelada, era un toque de pincel muy corto, y que iba
produciendo gradaciones de uno a otro color, estos tipos de sfumatos y
«veladuras» a la manera de los antiguos cuadros chinos y japoneses de los años
1.000.
Pinturas:
Arlequín (1955)
Bodegón (1956)
Músicos Andinos (1968)
Cuarteto indio (1967)
Aro Negro (1968)
Soledad (1968)
Niña en la noche (1968)
Los comensales (1968)
Aguas superiores (1969)
Machu Picchu (1970)
Bodegón con pato (1971)
Guardián del viento (1971)
Paraiso (1971)
Canto de guerra santa (1972)
La gran madre (1972)
Mito de los sueños (1974)
Escorpión (1974)
Mujer volando (1974)
El mito del pájaro y las piedras (1975)
Mito del fruto (1975)
Mito de la laguna (1975)
Tristán e Isolda (1974-1975)
El mito del guerrero rojo (1976)
Mito del árbol (1976)
Mito de la mujer y el vuelo (1976)
Pelícano (1978)
Mujer y mono (1979)
La mujer de las islas (1979)
Fuente: es.wikipedia.org.
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