CUÁNDO DECIR “NO”
Educar es una de las tareas más difíciles a las que nos enfrentamos los padres.
Y, aunque no existen fórmulas mágicas, sí hay algunas
claves que tenemos que manejar con soltura. Nunca es pronto para comenzar a
educarle.
Los "no" de los papás ayudan al bebé a aceptar las reglas y los límites necesarios para su educación. El mejor momento y la mejor manera de decir “no” al niño dependerán en gran parte de su edad.
POR QUE TUS HIJOS HACEN LO QUE HACEN?
PORQUE TU LOS DEJAS.
Hacen lo que hacen porque tú se los permites, los hijos se
convierten en lo que son, porque sus padres lo permiten, así de sencillo. Si tu
hijo está haciendo un desastre de su vida, esta respuesta no te va a gustar, tu
vendrás a mí y me darás un millón de excusas, le vas a echar la culpa a la
música que escucha, a las películas que ve, a los libros que lee (si es que
lee), a la violencia que transmite la TV, al sistema educativo, o a la presión
que ejerce la sociedad (o sus amigos), créeme, lo he escuchado miles de veces
así es que has a un lado la indignación y piensa en esta verdad: Tus hijos son
producto de tu paternidad (de tu manera de educarlo).
NO HAY CONSECUENCIAS DEL MAL COMPORTAMIENTO.
Los padres dejan hacer a sus hijos lo que quieran, con muy
poca información de lo que es aceptable y lo que no lo es. Si ellos hacen algo
mal, no hay consecuencias por el inaceptable comportamiento. Algunas veces
decimos: "si haces esto te va a pasar aquello", y si no haces aquello
te va a pasar esto", después ellos no hacen lo que tienen que hacer y no
pasa nada, no cumplimos la promesa de las consecuencias advertidas. Sabes en
que se convierte un padre que no cumple con las consecuencias advertidas?, en
un MENTIROSO; y eso justamente aprenden nuestros hijos, a mentir.
TU LES DICES A TUS HIJOS QUE SON ESPECIALES.
Quizás no vas a estar de acuerdo conmigo en esto, créeme que
a mí también me resultó difícil entenderlo y aceptarlo, pero es una realidad.
Si tu eres de los que actualmente cree que su pequeño ángel es especial,
lamento decirte que no lo es; si tu le dices a tus hijos que son especiales muy
constantemente, los perjudicas más que ayudarlos, Tu hijo es especial para ti y
solo para ti, no lo es para nadie más. Tu hijo nació con todo tu amor y verlo
crecer es toda una maravilla, sin embargo cuando crece y cruza tu puerta para
ir a la escuela, él, solo es un niño más en la lista de la escuela, y no hay
nada de especial acerca de él. En el mundo real, tu hija no es una princesa, ni
tu hijo un príncipe, solo es un niño mas. Los hijos deben entender y aprender a
crecer sabiendo que al instante que dejen tus amorosos brazos y entren al mundo
real, nadie los amará por la única razón de que ellos existen, como lo haces
tú.
TU HACES QUE TUS HIJOS SEAN LA COSA MAS IMPORTANTE EN TU
VIDA.
Ellos no lo son. Yo se que tú piensas que lo son pero no es
así; cuando tu dejas a tus hijos pensar que son la persona más importante en tu
vida, ellos aprenden a manipularte y tu terminarás haciendo lo que ellos digan.
Tus hijos son importantes, no me mal entiendas, tus hijos deberían ser amados
incondicionalmente; pero los padres que ponen por encima de todo, la felicidad
de sus hijos y sacrifican su propia vida y algunas veces su matrimonio también,
entonces cuando acabe la labor como padre, tus hijos crecerán y te dejarán, e
irán en busca de su propia felicidad y tú te quedarás únicamente con tu esposo
(a). Si todo tu tiempo y energía lo gastas únicamente en tus hijos, cuando
ellos se vayan tu no tendrás la certeza de que tu compañero(a) estará contigo;
esa es una de las razones porque hay divorcios luego de que los hijos se van,
pues la única cosa en común que tenían eran los hijos, y nunca trataron de
alimentar el amor marital como lazo de unión que no fueran los hijos. Esto
mismo pasa con las madres y padres solteros, ellos gastan tiempo y energía en
sus hijos, sacrifican su propia vida, pensando que lo mejor es servir a sus
hijos y poner su vida "en espera" mientras los ayudan a madurar, pero
después los hijos se van y ellos se quedan solos sin compañero(a) con quien
envejecer juntos, por lo general terminan tratando y viendo a su hijo de 50
como si fuera de 4 años.
FALLAMOS AL ENSEÑARLES LA DIFERENCIA ENTRE DERECHOS Y
PRIVILEGIOS.
Los hijos tienen entre otros los siguientes derechos: a la
vida, a jugar, a la libertad de opinar, a una familia, a la protección contra
el trato negligente, a la alimentación, etc. Los privilegios son concesiones
ganadas por una acción determinada; a nuestros hijos les compramos cosas, lo
más actual en videojuegos, por ejemplo, o ropa o zapatos de marca, o una
mascota, e incluso los llevamos al cine o a vacacionar, les compramos
celulares, etc., etc. y todo gratis, a cambio de nada, hoy te digo que aunque
te sobre el dinero para complacer a tu hijo, tienes que enseñarle a ganárselo;
él tiene que saber que las cosas que le gustan cuestan y hay que pagar un
precio por ellas, incluso estas cosas te ayudarán en la negociación de
actitudes y comportamientos.
TRABAJAS EN EL AUTOESTIMA DE TU HIJO.
La palabra autoestima es una palabra compuesta de auto: uno
mismo, y estima: amor, o sea, amarse a uno mismo. Tu no le puedes proporcionar
una valoración positiva de él mismo, confundimos el animarlos y apoyarlos con
aumentar su autoestima y cambiamos la regla de "si tiene alta autoestima
tendrá éxito en todo", pero en realidad es al revés "si tiene éxito
en todo, aumentará su autoestima". Así que si quieres que tengan
autoestima alta, enséñale a alcanzar sus éxitos.
REGLAS BÁSICAS PARA CONSEGUIR QUE TU HIJO CREZCA FELIZ
*UN EJEMPLO VALE MÁS QUE MIL PALABRAS.
Desde muy pequeños los niños tienden a imitar todas nuestras
conductas, buenas y malas.
Podemos aprovechar las costumbres cotidianas -como saludar,
comportarnos en la mesa, respetar las normas al conducir- para que adquieran
hábitos correctos y, poco a poco, tomen responsabilidades.
De nada sirve sermonearle siempre con la misma historia si
sus padres no hacen lo que le piden.
* COMUNICACIÓN, DIÁLOGO Y COMPRENSIÓN.
Las palabras, los gestos, las miradas y las expresiones que
utilizamos nos sirven para conocernos mejor y expresar todo aquello que
sentimos.
Por eso, incluso durante el embarazo, hay que hablar al bebé.
Debemos continuar siempre con la comunicación. Hablarle
mucho, sin prisas, contarle cuentos y también dejar que él sea quien nos los
cuente.
¿Has probado a hacerle una pregunta que empiece con «Qué
piensas tú sobre...»? Así le demostramos que nos interesa su opinión y él se
sentirá querido y escuchado.
*LÍMITES Y DISCIPLINA, SIN AMENAZAS
Hay que enseñarle a separar los sentimientos de la acción.
Las normas deben ser claras y coherentes e ir acompañadas de explicaciones
lógicas.
Tienen que saber lo que ocurre si no hace lo que le pedimos.
Por ejemplo, debemos dejarle claro que después de jugar tiene que recoger sus
juguetes.
Es importante que el niño -y también nosotros- comprenda que
sus sentimientos no son el problema, pero sí las malas conductas. Y ante ellas
siempre hay que fijar límites, porque hay zonas negociables y otras que no lo
son. Si se niega a ir al colegio, tenemos que reconocerle lo molesto que es a
veces madrugar y decirle que nosotros también lo hacemos.
*DEJAR EXPERIMENTAR AUNQUE SE EQUIVOQUE.
La mejor manera para que los niños exploren el mundo es
permitirles que ellos mismos experimenten las cosas. Y si se equivocan,
nosotros tenemos que estar ahí para cuidar de ellos física y emocionalmente,
pero con límites.
La sobreprotección a veces nos protege a los padres de
ciertos miedos, pero no a nuestro hijo. Si cada vez que se cae o se da un
golpe, por pequeño que sea, corremos alarmados a auxiliarle, estaremos
animándole a la queja y acostumbrándole al consuelo continuo. Tenemos que
dejarles correr riesgos.
*NO COMPARAR NI DESCALIFICAR
Hay que eliminar frases como «aprende de tu hermano»,
«¿Cuándo vas a llegar a ser tan responsable como tu prima?» o «eres tan
miedoso como ese niño del parque».
No conviene generalizar y debemos prescindir de expresiones
como «siempre estás pegando a tu hermana» o «nunca haces caso».
Seguro que hace muchas cosas bien, aunque últimamente se
esté comportando como un verdadero «TERREMOTO». Cada niño es único, no todos
actúan al mismo ritmo y de la misma manera.
Frases como «tú puedes nadar igual de bien que tu hermano,
inténtalo. Ya lo verás» transforman su malestar en una sonrisa y le animan a
conseguir sus metas.
* COMPARTIR NUESTRAS EXPERIENCIAS CON OTROS PADRES
Puede sernos muy útil. Así, vivir una etapa de rebeldía de
nuestro hijo, algo muy frecuente a determinadas edades, puede dejar de ser una
fuente de angustia tremenda y convertirse, simplemente, en una fase dura pero
pasajera. Frases como «no te preocupes, a mi hijo le ocurría lo mismo», pueden
ayudarnos a relativizar los «problemas» y, por tanto, conseguir que nos
sintamos mejor y actuemos más tranquilos.
Si estamos desorientados, preocupados o no sabemos cómo
actuar, siempre podemos consultarlo con un profesional. No tenemos nada que
perder.
*HAY QUE RECONOCER NUESTRAS EQUIVOCACIONES.
Tenemos derecho a equivocarnos y eso no significa que seamos
malos padres. Lo importante es reconocer los errores y utilizarlos como fuente
de aprendizaje.
Una frase sencilla como «perdona cariño, refuerza su buen
comportamiento y nos ayuda a sentirnos bien.
* REFORZAR LAS COSAS BUENAS
Está comprobado que los refuerzos positivos gestos de cariño, estímulos, recompensas resultan más eficaces a la hora de educar que los castigos. Por eso siempre debemos darle apoyo afectivo y dejar que sea él el que, según su capacidad, resuelva los problemas.
Los niños son muy sensibles y los calificativos como «tonto» o «malo» les hacen mucho daño y pueden afectar de modo negativo a la valoración que tienen de ellos mismos.
Debemos ser generosos con todo aquello que les hace sentirse valiosos y queridos. Si le premiamos con caricias, abrazos o palabras como «guapo» o «listo», estamos construyendo una buena autoestima.
Tan importante como rectificar sus malas conductas es reconocer y reforzar las buenas.
*NO HAY QUE PRETENDER SER SUS AMIGOS.
Aunque siempre conviene fomentar un clima de cercanía y confianza, eso no significa que debamos ser sus mejores amigos.
Mientras que entre los niños el trato es de igual a igual, nosotros, como padres y educadores, estamos situados en un escalón superior. Desde allí les ofrecemos nuestros cuidados, experiencia, protección
pero también nuestras normas.
Buscar su aprobación continua para todo puede ser un arma de doble filo, ya que la amistad también es admiración y confianza y le resultará muy difícil confiar en nosotros si no sabemos imponernos.
Un buen padre no es aquel que cede de modo continuo y no enseña.
*ELLOS TAMBIÉN TIENEN EMOCIONES.
A veces pensamos que solo nosotros nos sentimos contrariados y que los niños tienen que estar todo el día felices. Pero también tienen preocupaciones.
Su mundo emocional es igual o más complejo que el nuestro, por eso conviene dar importancia a sus emociones y ser conscientes de ellas. Debemos ayudar a nuestro hijo a poner nombre y apellido a lo que experimenta y siente.
Cuando no saben decidir a quien obedecer por pleitos de los padres
el hijo es frágil frente a las discusiones de los padres.
*LA RISA DE MI HIJO.
La risa de los niños es contagiosa. Cuando algo le hace
gracia a nuestro pequeño, sus carcajadas nos recuerdan lo divertido que es eso
que tanto les llama la atención. Cada edad tiene sus recursos de humor
infalibles. Cuéntanos que es lo que le hace reír a tu hijo y qué edad tiene.
Si fomentamos los
valores, de principio la gratitud, la amabilidad, el respeto, el trabajo en equipo, la comunicación,
integridad, y hacer actividades con nuestros
hijos, conseguiremos que nuestros hijos sean niños felices
FUNDACIÓN Q´INTI Organización Promotora de Actividades Educativas,Desarrollo y Bienestar Social sin fines de Lucro en beneficio del más necesitados niños,joven y adulto mayor.
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