El Diario de Ana Frank
Anne Marie Frank; Frankfurt, nació en 1929 – campo de
concentración de Bergen-Belsen, Alemania, 1945 -Joven de origen judío que dejó
testimonio en un famoso diario de los dos años que vivió oculta con su familia
para escapar al exterminio nazi.
Hija de una familia germana de origen judío,
se trasladó con los suyos a los Países Bajos con la llegada de Hitler al poder
en 1933. Durante la Segunda Guerra Mundial, después de la invasión alemana de
Holanda en 1940 y de padecer las primeras consecuencias de las leyes
antisemitas, Ana y su familia consiguieron escondrijo en unas habitaciones
traseras, abandonadas y aisladas, de un edificio de oficinas de Ámsterdam , Ana imagina que escribe a Kitty, una amiga
hipotética, para contarle las peripecias de su vida en el escondrijo donde
vivió desde 14 de junio de 1942 al 4 de agosto de 1944, cuando la Gestapo
descubrió la "dependencia secreta" ("la casa de atrás" )en
la que vivían la familia Frank (compuesta por los padres, por Ana y por su
hermana mayor Margot), la familia Van Daan (la madre, el padre y su hijo Peter)
y el dentista Dussel, con la vana esperanza de escapar a la captura de los
nazis. Después de permanecer durante un tiempo en los campos de concentración
de Westerbork en Holanda y Auschwitz en Polonia, Ana y su hermana mayor,
Margot, fueron deportadas a Bergen-Belsen, donde ambas murieron durante una
epidemia de tifus entre finales de febrero y mediados de marzo de 1945 (el
tifus fue causado por la extrema falta de higiene en el campo de
concentración).Su padre, único superviviente de la familia, dio a conocer acabada la guerra, después de que Ana y el
resto de la familia hubieran sido detenidos y confinados en un campo de
exterminio, en donde murieron. El Diario constituye un conmovedor testimonio de
ese tiempo de terror y persecuciones.
Donde cuenta su vida en aquellos pocos metros cuadrados
del refugio en que la convivencia de ocho personas, arrancadas de la vida
normal, planteaba tantos y tan delicados problemas, y narra el desarrollo de la
existencia cotidiana con tal sencillez, fuerza y verdad, que ello constituye el
primer encanto de estas páginas. Alejada de sus coetáneos y de los intereses
que sonreían a su exuberante juventud, pero también, aunque a la fuerza, de la
barbarie del momento, la autora-protagonista mira y juzga las cosas con un
candor que subyuga.
En las páginas del Diario, a menudo alegres y divertidas,
asistimos al desarrollo intelectual y físico de una muchacha, a la variedad de
sus problemas, de sus estudios y diversiones a pesar de su reclusión, a sus
relaciones y a sus juicios sobre sus familiares y compañeros de aislamiento y
sobre los hombres en general. Los acontecimientos y fases alternas de la guerra
y de la política mundial, tal como lograban llegar a aquel refugio aislado,
adquieren un aspecto nuevo y diferente, con perspectivas insospechadas. Y la
vida de una reducida colectividad, obligada a compartir la buhardilla en
condiciones tan dramáticas, se ilumina con episodios singulares, en los que los
hechos triviales de la vida diaria adquieren una importancia particular, y
donde una niña con mirada clara y terriblemente objetiva se juzga a sí misma y
a los adultos, analizándolo todo con gran libertad.
Ana Frank habla de sus aspiraciones a corazón abierto, y
también de los peligros, pero con gran conocimiento y sin perder la esperanza.
Dos personajes del exterior (el señor Kraler, amigo de Otto Frank, y Miep,
secretaria de Frank y luego de Kraler) son como seres que pertenecen a otro
planeta y que, como promotores del ocultamiento de los Frank y favorecedores de
los mismos, parecen redimir al resto de la humanidad de sus culpas de
complicidad y de miedo.
El idilio que se inicia entre Ana y Peter tiene la gracia
de una flor espontánea en sus diversas fases y manifestaciones; la descripción
de la pubertad tiene una delicada naturaleza que difícilmente se encuentra en
otra parte; el afecto por un gato parece el símbolo de los vínculos deseados
pero imposibles con el mundo externo; las relaciones con los padres (y en
particular, con la madre) se observan con gran madurez. No hay nada que la
induzca a prorrumpir en invectivas y a juzgar con acritud aquella vida tan
injusta y contraria a la naturaleza. "A pesar de todo, continúo creyendo
en la bondad íntima del hombre", afirma Ana en el Diario; estas palabras
constituyen la moral de este libro que, nacido como de una necesidad personal,
tiene la honestidad genuina e inmediata de un desahogo espontáneo nunca dirigido
a la publicación.
Las alusiones a los problemas judíos (que podrían parecer
frecuentes en una persona que vivía en aquellas condiciones especiales pura y
simplemente por la "culpa" de pertenecer al pueblo judío) son muy
raras, aunque inspiradas en una extrema dignidad y firmeza: Ana pertenecía a
una de aquellas familias asimiladas que no habían tenido una profunda cultura
hebrea y que sólo muy tarde se dieron cuenta de todo ello. El libro, además de
sus valores humanos y documentales, revela en la joven autora cualidades
literarias nada comunes: el mismo hecho de fingir una destinataria para sus
confidencias es ya un índice de madurez artística.
Traducido a todas las lenguas y llevado también al teatro
y al cine, el Diario de Ana Frank se ha convertido en el paradigma testimonial,
más impresionante incluso que otros documentos detallados, de la opresión
sufrida en muchos países bajo el nazismo y de las condiciones en que millones
de personas se vieron obligadas a vivir con la esperanza de escapar al exterminio.
El diario se publica por primera vez bajo el título Het
Achterhuis (la casa de atrás) en Holanda, en 1947, por el editor Contact. En
abril de 1955 se publica la primera traducción al español con el título Las
habitaciones de atrás (editorial Garbo, Barcelona) Posteriormente fue cambiado
a El Diario de Ana Frank .
Albert Hackett y Frances Goodrich lo adaptaron al teatro,
y George Stevens lo llevó al cine en 1959. Ana además del Diario escribió
varios cuentos que han sido publicados paulatinamente desde 1960. Su hermana,
Margot Frank también escribió un diario, pero nunca se encontró ningún rastro
de éste. Tras el fallecimiento de su padre Otto Frank en 1980, éste legó los escritos al Instituto
Holandés para la Documentación de la Guerra. El libro fue todo un éxito en todo
el mundo ,vendió más de 350.000.000 de ejemplares. En la versión alemana del
Diario, se encuentran incluidos los siguientes cuentos: "¿Entraron a
robar?" (25 de marzo de 1943); "El Dentista" (10 de diciembre de
1942); "Día de Embutidos" (10 de diciembre de 1942); "La
codiciada mesita" (13 de julio de 1943); "Anne y la Teoría" (29
de julio de 1943); "La tarde y la noche en el Anexo" (4 de agosto de
1943); "Hora de comer" (5 de agosto de 1943); "El Anexo con ocho
personas a la mesa" (9 de agosto de 1943); "Cuando el reloj da las
ocho y media" (23 de agosto de 1943); "La tarea diaria en la
comunidad: ¡Pelar patatas!" (18 de agosto de 1943); "Libertad en el
Anexo" (20 de agosto de 1943); "Kaatje" (7 de agosto de 1943);
"Katrie
FUNDACIÓN Q´INTI
Organización Promotora de Actividades Educativas,Desarrollo y Bienestar Social sin fines de Lucro en beneficio del más necesitados niños,joven y adulto mayor.
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