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jueves, 13 de junio de 2013

LA CASA DE ATRÁS

El Diario de Ana Frank
Anne Marie Frank; Frankfurt, nació en 1929 – campo de concentración de Bergen-Belsen, Alemania, 1945 -Joven de origen judío que dejó testimonio en un famoso diario de los dos años que vivió oculta con su familia para escapar al exterminio nazi. 
Hija de una familia germana de origen judío, se trasladó con los suyos a los Países Bajos con la llegada de Hitler al poder en 1933. Durante la Segunda Guerra Mundial, después de la invasión alemana de Holanda en 1940 y de padecer las primeras consecuencias de las leyes antisemitas, Ana y su familia consiguieron escondrijo en unas habitaciones traseras, abandonadas y aisladas, de un edificio de oficinas de Ámsterdam , Ana  imagina que escribe a Kitty, una amiga hipotética, para contarle las peripecias de su vida en el escondrijo donde vivió desde 14 de junio de 1942 al 4 de agosto de 1944, cuando la Gestapo descubrió la "dependencia secreta" ("la casa de atrás" )en la que vivían la familia Frank (compuesta por los padres, por Ana y por su hermana mayor Margot), la familia Van Daan (la madre, el padre y su hijo Peter) y el dentista Dussel, con la vana esperanza de escapar a la captura de los nazis. Después de permanecer durante un tiempo en los campos de concentración de Westerbork en Holanda y Auschwitz en Polonia, Ana y su hermana mayor, Margot, fueron deportadas a Bergen-Belsen, donde ambas murieron durante una epidemia de tifus entre finales de febrero y mediados de marzo de 1945 (el tifus fue causado por la extrema falta de higiene en el campo de concentración).Su padre, único superviviente de la familia, dio a conocer  acabada la guerra, después de que Ana y el resto de la familia hubieran sido detenidos y confinados en un campo de exterminio, en donde murieron. El Diario constituye un conmovedor testimonio de ese tiempo de terror y persecuciones.
Donde cuenta su vida en aquellos pocos metros cuadrados del refugio en que la convivencia de ocho personas, arrancadas de la vida normal, planteaba tantos y tan delicados problemas, y narra el desarrollo de la existencia cotidiana con tal sencillez, fuerza y verdad, que ello constituye el primer encanto de estas páginas. Alejada de sus coetáneos y de los intereses que sonreían a su exuberante juventud, pero también, aunque a la fuerza, de la barbarie del momento, la autora-protagonista mira y juzga las cosas con un candor que subyuga.
En las páginas del Diario, a menudo alegres y divertidas, asistimos al desarrollo intelectual y físico de una muchacha, a la variedad de sus problemas, de sus estudios y diversiones a pesar de su reclusión, a sus relaciones y a sus juicios sobre sus familiares y compañeros de aislamiento y sobre los hombres en general. Los acontecimientos y fases alternas de la guerra y de la política mundial, tal como lograban llegar a aquel refugio aislado, adquieren un aspecto nuevo y diferente, con perspectivas insospechadas. Y la vida de una reducida colectividad, obligada a compartir la buhardilla en condiciones tan dramáticas, se ilumina con episodios singulares, en los que los hechos triviales de la vida diaria adquieren una importancia particular, y donde una niña con mirada clara y terriblemente objetiva se juzga a sí misma y a los adultos, analizándolo todo con gran libertad.
Ana Frank habla de sus aspiraciones a corazón abierto, y también de los peligros, pero con gran conocimiento y sin perder la esperanza. Dos personajes del exterior (el señor Kraler, amigo de Otto Frank, y Miep, secretaria de Frank y luego de Kraler) son como seres que pertenecen a otro planeta y que, como promotores del ocultamiento de los Frank y favorecedores de los mismos, parecen redimir al resto de la humanidad de sus culpas de complicidad y de miedo.
El idilio que se inicia entre Ana y Peter tiene la gracia de una flor espontánea en sus diversas fases y manifestaciones; la descripción de la pubertad tiene una delicada naturaleza que difícilmente se encuentra en otra parte; el afecto por un gato parece el símbolo de los vínculos deseados pero imposibles con el mundo externo; las relaciones con los padres (y en particular, con la madre) se observan con gran madurez. No hay nada que la induzca a prorrumpir en invectivas y a juzgar con acritud aquella vida tan injusta y contraria a la naturaleza. "A pesar de todo, continúo creyendo en la bondad íntima del hombre", afirma Ana en el Diario; estas palabras constituyen la moral de este libro que, nacido como de una necesidad personal, tiene la honestidad genuina e inmediata de un desahogo espontáneo nunca dirigido a la publicación.
Las alusiones a los problemas judíos (que podrían parecer frecuentes en una persona que vivía en aquellas condiciones especiales pura y simplemente por la "culpa" de pertenecer al pueblo judío) son muy raras, aunque inspiradas en una extrema dignidad y firmeza: Ana pertenecía a una de aquellas familias asimiladas que no habían tenido una profunda cultura hebrea y que sólo muy tarde se dieron cuenta de todo ello. El libro, además de sus valores humanos y documentales, revela en la joven autora cualidades literarias nada comunes: el mismo hecho de fingir una destinataria para sus confidencias es ya un índice de madurez artística.
Traducido a todas las lenguas y llevado también al teatro y al cine, el Diario de Ana Frank se ha convertido en el paradigma testimonial, más impresionante incluso que otros documentos detallados, de la opresión sufrida en muchos países bajo el nazismo y de las condiciones en que millones de personas se vieron obligadas a vivir con la esperanza de escapar al exterminio.
El diario se publica por primera vez bajo el título Het Achterhuis (la casa de atrás) en Holanda, en 1947, por el editor Contact. En abril de 1955 se publica la primera traducción al español con el título Las habitaciones de atrás (editorial Garbo, Barcelona) Posteriormente fue cambiado a El Diario de Ana Frank .

Albert Hackett y Frances Goodrich lo adaptaron al teatro, y George Stevens lo llevó al cine en 1959. Ana además del Diario escribió varios cuentos que han sido publicados paulatinamente desde 1960. Su hermana, Margot Frank también escribió un diario, pero nunca se encontró ningún rastro de éste. Tras el fallecimiento de su padre Otto Frank  en 1980, éste legó los escritos al Instituto Holandés para la Documentación de la Guerra. El libro fue todo un éxito en todo el mundo ,vendió más de 350.000.000 de ejemplares. En la versión alemana del Diario, se encuentran incluidos los siguientes cuentos: "¿Entraron a robar?" (25 de marzo de 1943); "El Dentista" (10 de diciembre de 1942); "Día de Embutidos" (10 de diciembre de 1942); "La codiciada mesita" (13 de julio de 1943); "Anne y la Teoría" (29 de julio de 1943); "La tarde y la noche en el Anexo" (4 de agosto de 1943); "Hora de comer" (5 de agosto de 1943); "El Anexo con ocho personas a la mesa" (9 de agosto de 1943); "Cuando el reloj da las ocho y media" (23 de agosto de 1943); "La tarea diaria en la comunidad: ¡Pelar patatas!" (18 de agosto de 1943); "Libertad en el Anexo" (20 de agosto de 1943); "Kaatje" (7 de agosto de 1943); "Katrie
FUNDACIÓN Q´INTI Organización Promotora de Actividades Educativas,Desarrollo y Bienestar Social sin fines de Lucro en beneficio del más necesitados niños,joven y adulto mayor.

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