Una maravilloso historia de fe, profecias de Anna Catalina Emmerich, nació en Alemania en 1774 de familia
muy pobre; tuvo una vida de continuas enfermedades agravadas al quedarse
inválida por un accidente.
En los últimos años de su vida, hasta su muerte en
1824, recibió las visiones de la vida de Cristo, de la Virgen María y de la
vida después de la muerte, así como otras videncias de sucesos que acontecerían
tiempo después como el Muro de Berlín, el Concilio Vaticano II, etc. Se
descubrieron en 1981 los pasadizos bajo el Templo de Jerusalén, que Ana vio al
contemplar el misterio de la lnmaculada Concepción de María, dogma que no sería
proclamado por la Iglesia hasta treinta años después de la muerte de esta
vidente.
Allí muchas almas que sufrían vivos dolores y
que me suplicaban orara por ellas. Parecía un profundo abismo…
Allí vi hombres
silenciosos y tristes en cuyo rostro se conocía, sin embargo, que en su corazón
se alegraban como si pensaran en la misericordia de Dios.
Conocí que aquellas
pobres almas padecían interiormente grandes penas. Cuando oraba con fervor por
las benditas ánimas oía muchas veces al oído voces que me decían: Gracias,
gracias…
Dios me ha dado la gracia, muchas veces, de ver subir al cielo con
infinita alegría a muchas almas del purgatorio.
¡Cuántas gracias he recibido de
las benditas almas!
¡Cuánto se les olvida, mientras que ellas suspiran
ardientemente por ayuda!
Todo lo que hacemos por ellas les causa una inmensa
alegría…
Allí en el purgatorio he visto a protestantes que han vivido
piadosamente en su ignorancia. Están abandonados, porque carecen de oraciones…
También
me he dado cuenta de que el poder aparecerse para pedir auxilio y sufragios es
una gracia señalada que Dios da a algunas almas…
Triste cosa es que las almas
benditas sean ahora tan pocas veces socorridas.
Es tan grande su desdicha que
no pueden hacer nada por sí mismas.
Pero, cuando uno ruega por ellas o sufre
por ellas, en ese mismo momento se ponen tan contentas como aquel a quien dan
de beber agua fresca, cuando está a punto de desfallecer de sed…
Los santos del
cielo no pueden hacer nada por ellas.
Todo lo tienen que esperar de nosotros…
El sacerdote que rece devotamente las horas, con intención de satisfacer por las
negligencias de estas almas, puede procurarles un indecible consuelo.
Además,
la bendición sacerdotal penetra hasta el purgatorio y consuela como rocío del
cielo a las almas a quienes con fe firme bendice el sacerdote”.
He visto el
Alfa y el Omega.
visto la significación del círculo, de la forma redonda de la tierra y de los cuerpos celestes, de los contornos redondos de las apariciones y de la hostia.
Veo en todas partes sacerdotes rodeados de las gracias de la Iglesia y de los tesoros de los méritos de Jesús y de los santos, enseñando, predicando y ofreciendo el santo Sacrificio, pero muertos y tibios espiritualmente. “He visto a un sacerdote muy piadoso y caritativo que murió anoche a las nueve.
visto la significación del círculo, de la forma redonda de la tierra y de los cuerpos celestes, de los contornos redondos de las apariciones y de la hostia.
Veo en todas partes sacerdotes rodeados de las gracias de la Iglesia y de los tesoros de los méritos de Jesús y de los santos, enseñando, predicando y ofreciendo el santo Sacrificio, pero muertos y tibios espiritualmente. “He visto a un sacerdote muy piadoso y caritativo que murió anoche a las nueve.
Ha pasado tres horas en el purgatorio por haber perdido el
tiempo en hacer bromas.
Este sacerdote tenía que haber permanecido varios años
en el purgatorio, pero ha sido socorrido con muchas misas y oraciones.
A este
sacerdote lo he conocido mucho”
(3 1-12-1820). “No puedo explicar la compasión que me causa ver a las almas del purgatorio. Pero nada hay más consolador que contemplar su paciencia y ver cómo se alegran las unas de la salvación de las otras.
(3 1-12-1820). “No puedo explicar la compasión que me causa ver a las almas del purgatorio. Pero nada hay más consolador que contemplar su paciencia y ver cómo se alegran las unas de la salvación de las otras.
Veo a todas horas, de día y de noche, las misas que se dicen en todo el
mundo y en comunidades muy remotas! donde todavía se celebra como en tiempos de
los apóstoles. Sobre el altar veo en visión una asistencia especial con que los
ángeles suplen las negligencias de los sacerdotes.
Por las faltas de devoción
de los fieles ofrezco yo también mi corazón y pido a Dios misericordia.
En la
festividad de San Isidro Labrador me fueron enseñadas muchas cosas acerca del
valor de la Misa que se dice y que se oye, supe que es una gran dicha que se
digan tantas misas como sea posible.Comparte la plegaria que te guste y sigue esta #novena.
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