Cuenta una leyenda que en cierta ocasión una
serpiente comenzó a perseguir a una luciérnaga.
Ésta huía rápido y con miedo,
viendo que la feroz depredadora no tenía intención de desistir.
La luciérnaga confundida huyó un día, dos días
y...
Al tercer día, ya sin fuerzas, la luciérnaga se detuvo y dijo a la
serpiente:
* ¿Puedo hacerte unas preguntas?
- La serpiente con una mirada llena de odio respondió. No
acostumbro a conceder deseos pero, como te voy a devorar, puedes preguntar.
* ¿Pertenezco Yo a tu cadena alimenticia? - preguntó la
luciérnaga.
- No, claro que no - respondió la serpiente.
* ¿Te he hecho algún mal sin darme cuenta? - dijo la
luciérnaga.
- No, porque me preguntas eso
- respondió la serpiente.
* Entonces,
¿por qué quieres acabar conmigo?
Pregunto la
luciérnaga
- La serpiente enojada y demostrando su odio respondió.
¡¡¡Porque no soporto verte brillar!!!
La envidia es uno
de los peores sentimientos que el ser humano puede tener. Deseamos lo que otros
tienen, pero también es criticar a los demás porque tienen algo que nosotros
creemos que nos merecemos.
La envidia huele mal y se siente en todo
instante.
Muchos de nosotros nos hemos
visto envueltos en situaciones donde nos preguntamos:
¿Por qué me pasa esto, si yo no he hecho
nada malo, ni daño a nadie?
Es sencillo de responder:
¡¡¡Porque no soportan
verte brillar!!!
Te tienen envidia.
Así
actúan las personas que envidian a quienes procuran ser la mejor versión de sí
mismos.
No dejes de brillar.
Continúa
siendo tú mismo.
Sigue dando lo mejor de ti.
Sigue haciendo lo mejor.
No permitas que te hieran.
Sigue brillando y
no podrán tocarte...
Porque tu luz
seguirá intacta.
Tu esencia permanecerá,
pase lo que pase.
Sé siempre auténtic@, aunque tu luz moleste a los
depredadores.
Ser una diva es mi profesión,
que tú te mueras de envidia es mi diversión.
Por eso ríete, ódiame, habla mal
de mí, que después de todo
yo se que te revienta verme feliz!
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