La palabra kéfir significa
"bendición" en turco.
El
consumo regular de este cultivo fermentativo es uno de los grandes auxiliares
de los intestinos y de la flora benéfica.
En el Cáucaso, donde el kéfir se ha
consumido corrientemente durante miles de años (lo utilizaban los antiguos
sumerios), la gente vive más de cien años, y mantiene buena salud.
De allí que
se lo considere “elixir de salud y larga vida”, siendo su principal virtud la
capacidad de regenerar y equilibrar el delicado ecosistema de nuestra flora
intestinal.
Muchos científicos
han investigado este fermento maravilloso.
En Japón, el profesor Nokimowa
dedicó toda su vida a estudiar el valor del kéfir, que curaba las enfermedades
del sistema respiratorio, los desarreglos del estómago, las infecciones
intestinales crónicas, las enfermedades del hígado, la vesícula biliar y los
riñones, así como otros padecimientos.
Antes de la Segunda Guerra Mundial, el
Dr. Drasek comprobó en Alemania estos resultados, difundiéndolo luego el Dr.
Brunwic entre los médicos naturistas centro-europeos. También el Prof. Menkiw
fue un gran investigador de los beneficios de este cultivo en la longeva
población caucásica.
Tradicionalmente los nódulos de kéfir se generaban como consecuencia de cuajar leche fresca en cántaros de madera.
Este proceso (el cuajado con rumen de ternero y la
posterior elaboración de quesos) era necesario para conservar los excedentes
lácteos ante la ausencia de refrigeradores.
Luego de cuajar leche durante
varios días en el mismo recipiente, se formaban en sus paredes estos gránulos
de consistencia gelatinosa.
Sumergiéndolos en leche recién ordeñada, los habitantes del Cáucaso comenzaron a obtener una bebida de sabor agradable, benéficos efectos y mejor conservación que la leche fresca:
la leche kefirada.
A falta de leche, también cultivaban los nódulos de kéfir en agua azucarada.
En síntesis podemos
definir al kéfir como una bebida fermentada carbonatada ácida, cuyo sabor se
debe a la presencia del benéfico ácido láctico.
El kéfir se define como un
alimento probiótico, pues aporta microorganismos benéficos para la flora
intestinal.
El termino probiótico (del griego “para la vida”) se aplica a aquellas sustancias que aportan microorganismos componentes de la flora intestinal y que estimulan el crecimiento y/o la actividad de bacterias de la flora simbiótica, generando un balance microbiológico óptimo en el intestino.
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