El nombre del Carmen viene
del Monte Carmelo o “viña de Dios” que está en Tierra Santa. Según el Libro de
los Reyes, allí vivió el Profeta Elías con un grupo de jóvenes, dedicados a la
oración. 300 años antes de J C, Dios había castigado a su pueblo rebelde con un
verano de tres años, una gran sequía asolaba la región; el Profeta subió a la
montaña para pedir lluvia y divisó una nube de luminosa blancura de la cual
brotaba el agua en abundancia; comprendió que la visión era un símbolo de la
llegada del Salvador esperado, que nacería de una doncella inmaculada para
traer una lluvia de bendiciones. Y en efecto la nube fue creciendo y se
convirtió en una inmensa y muy provechosa lluvia que alegró enormemente a
aquellas gentes que llevaban 36 meses sin agua. Desde entonces, aquella pequeña
comunidad se dedicó a rezar por la que sería madre del Redentor, comenzando así
la devoción a Nuestra Señora del Carmen (o Carmelo). Muchos acontecimientos han
sucedido a través del tiempo, pero las oraciones continuaron elevándose desde
el Carmelo: es que los hombres y las instituciones pasan, pero las obras de
Dios permanecen porque participan un poco de su eternidad. (Carmen significa:
tierra fértil que produce muy buenos frutos. Eso es la devoción a Nuestra Sra.
del Carmen). Le construyeron un templo en esa hermosa montaña.
Nace la Virgen
María y llega a ser la madre del Salvador: según la tradición visitó a los
monjes y los estimuló a continuar sus oraciones. Luego vino la pasión y muerte,
seguidas de la resurrección y marcha al Cielo de Jesús, y más tarde de su Madre. Luego vendrán las invasiones
musulmanas, pero las oraciones del Carmelo no se interrumpen. Pero en el siglo
XI llegaron los Mahometanos, terribles enemigos de la religión católica, y destruyeron
todo a sangre y fuego, Muchos monjes, murieron mientras cantaban himnos a la
Santísima Virgen, algunos lograron huir y embarcarse hasta llegar a Italia. Entre los monjes
llegados del Monte Carmelo hubo uno que se hizo célebre por su santidad, por su
amor a la Virgen y sobre todo por una aparición que recibió. Fue San Simón
Stock. Dice la tradición que un 16 de julio (de 1251) estaba en oración,
preocupado por nuevas persecuciones, cuando se le aparece la misma Madre de
Dios para decirle: ”amadísimo hijo, recibe el escapulario de mi orden para que
quien muriese llevándolo piadosamente, no padezca el fuego eterno”.
Muy pronto empezaron a
notarse en todas partes las bendiciones y ayudas tan especiales que la Madre de
Dios concedía a los que llevaban con fe y devoción el Santo escapulario.
Incendios que se detenían. Inundaciones que se calmaban; tentaciones que se
alejaban. Pecadores que se convertían.
El Papa Gregorio XIII declaró verdadera esta
aparición después de serios estudios, y basándose en los favores que recibían los
que usaban el escapulario. También fue reconocida esta aparición por el Papa
Juan XXII, que recibió una nueva aparición de la Virgen, en la que prometía
sacar del purgatorio el primer sábado después de su muerte a sus devotos.
LA VIRGEN DEL CARMEN EN MENDOZA.-
Esta devoción se difundió por toda Europa y contó con Santos de la talla de San
Juan de la Cruz y Santa Teresa; no es extraño que llegara a América y acompañara el despertar a la fe de los indígenas que la veneraron desde mediados del
siglo XVI.
* SAN JUAN DE LA CRUZ. Nació
en Fontiveros, provincia de Ávila (España), hacia el año 1542. Pasados algunos
años en la Orden de los carmelitas, fue, a instancias de santa Teresa de Avila,
el primero que, a partir de 1568, se declaró a favor de su reforma, por la que
soportó innumerables sufrimientos y trabajos. Murió en Úbeda el año 1591, con
gran fama de santidad y sabiduría, de las que dan testimonio preciosos escritos
espirituales.
*TERESA DE CEPEDA Y AHUMADA.
Nació el 28 de marzo de 1515, más conocida por el nombre de Santa Teresa de
Jesús o simplemente Teresa de Ávila, fue una religiosa, doctora de la Iglesia
Católica, mística y escritora española, fundadora de las carmelitas descalzas,
rama de la Orden de Nuestra Señora del Monte Carmelo (o carmelitas).
Ya en el siglo XVIII se
encuentra en Mendoza la imagen que hoy veneramos, pues don Pedro de Núñez
“caballero de gran fortuna y devoción, donó la imagen y todo lo necesario para
el culto de la Virgen del Carmen”. Primero estuvo en el templo de los Padres Jesuitas
estando fundada la Cofradía.
En 1.776, a raíz de la
expulsión de la Orden, la imagen fue trasladada a San Francisco, desde donde
presidiría una de las más bellas jornadas de la historia de nuestra patria. En
el año 1814, momento en el que San Martín hará de los pacíficos habitantes de
Cuyo, heroicos soldados forjadores de libertad, pero ellos necesitarán una
Madre que los ampare y de sentido a tanto sacrificio. Es de todos conocida la
profunda devoción que el Libertador profesó a la Virgen y que lo hizo nombrarla
Generala de su Ejército, superando los respetos humanos de una época en la que
el liberalismo había impuesto la idea de que “la religión es asunto privado”.
Tanta importancia dio al
tema, que lo decidió con su Estado Mayor, según dice Espejo en su obra El Paso
de los Andes: ”la devoción a la Virgen del Carmen estaba muy arraigada en Cuyo
y casi todos los soldados llevaban su escapulario, por eso fue ella la que tuvo
preferencia” dice, y más adelante describe la brillante ceremonia (5 de enero
de 1.817) durante la cual San Martín le entrega su bastón de mando, la nombra
Generala, y hace bendecir también la Bandera de los Andes, ”saludada por dianas
y la banda con cajas y clarines, mientras rompía una salva de veintiún
cañonazos, ante el ejército de gran gala y todo el pueblo de Mendoza”.
Más tarde, después de sus
triunfos, entregará definitivamente su bastón,
esta vez en el silencio que acompaña a todo lo grande y dejando aquella
conocida carta: ” la protección que ha prestado al Ejército de los Andes su
Patrona y Generala la Virgen del Carmen son demasiado visibles...” Ambas
reliquias, el bastón y la carta, se conservan hoy en el Camarín de la Virgen,
como mudos testigos de la parte que Ella tuvo en la grandeza del alma de
nuestro Libertador. Siendo Generala del Ejército Argentino, junto a la banda,
acompaña a la imagen nuestra bandera. Como así también las banderas de Perú y
Chile, al ser esta advocación Patrona de los 2 países vecinos.
LA CORONACIÓN PONTIFICIA.-
Por inquietud de Fray Leonardo Maldonado, el Papa Pío X, decretó: “que la
Sagrada Imagen de la Virgen María bajo el título del Carmen que se venera en la
Iglesia de San Francisco en Mendoza, sea con voto solemne coronada con corona
de oro”. Apoyó su resolución en la
“Suficiente constancia que existe de la popular veneración de la imagen, de su
fama y celebridad como también de las gracias admirables y celestiales, dones
concedidos copiosamente por ella”. La
corona, ofrenda de sus devotos, le fue impuesta en memorable ceremonia el 8 de
septiembre de 1.911 y es un recuerdo de tal solemnidad que se decretó tal día
como Fiesta Patronal de la Provincia y en ese día, desde 1.950 es también
honrada muy especialmente la Santísima Virgen del Carmen de Cuyo, en las
escuelas de Mendoza, como Patrona de la Escuela Primaria, instituida en tal
carácter por decisión superior; y de la educación en sus tres niveles por
decreto del 30-08-80. En 1.982 fue declarada Patrona de la 8º Brigada de
Montaña.
EL ESCAPULARIO.- Antes del siglo X, se los
usaba como símbolo de unión con una orden religiosa y su espiritualidad, aun
viviendo la vida corriente en medio del mundo. Consistían en una franja de tela
igual al hábito de los religiosos, que se introducía por la cabeza cayendo
hacia adelante y atrás, de ahí su nombre que viene de escápula”, espalda en latín; con el tiempo
redujeron su tamaño hasta el actual.
Es un signo externo, sacramental, que
presupone una vida de gracia. La preparación conveniente, consiste en:
1- Ser muy devotos de la
Santísima Virgen María, en especial bajo la advocación del Carmen de Cuyo.
2 - Participar en todas las
ceremonias que se realizan en su honor.
3 - Saber que es un
compromiso de por vida, una Alianza entre Nuestra Señora y el que lo recibe.
4 - Tener una conducta de acuerdo
a las normas y leyes de la Iglesia.
5 - Unas de las condiciones
primordiales impuestas por la Santísima Virgen del Carmen, es el uso permanente
de este escapulario, o la medalla que lo reemplazó. Ésta debe ser con la imagen
de la Virgen y el Sagrado Corazón en el reverso.
6 - Todas las personas que
conforman la Hermandad del Carmelo, prometen rezar el Santo Rosario diariamente
o al menos tres Avemarías en honor a su Patrona.
Ahora la Santa Iglesia
Católica ha declarado que el Escapulario se puede reemplazar por una medalla de
la Santísima Virgen.
El escapulario de la
Santísima Virgen se impone todo los 1º Miércoles de mes, el 16 de julio y
durante la novena, a las personas que lo deseen recibir. La promesa de la
Virgen del Carmen a San Simón Stock fue que quien muriese con el escapulario no
padecerá del fuego eterno. En otra aparición al Papa Juan XXII, prometió sacar
del purgatorio a las almas que muriesen piadosamente, con el escapulario, en el
sábado siguiente a su muerte. La Virgen sigue haciendo prodigios cada día en
favor de quienes llevan con devoción el santo escapulario o su medalla y se
esfuerzan por volverse mejores creyentes.
DIVINA MATERNIDAD
Se festeja el 16 de julio la
fiesta de la Virgen, Nuestra Señora del Monte Carmelo, referida comúnmente como
Virgen del Carmen o Nuestra Señora del Carmen, es una de las diversas
advocaciones de la Virgen María. Su denominación procede del llamado Monte
Carmelo, Existen hoy en activo órdenes carmelitas repartidas por todo el mundo,
masculinas y femeninas, las cuales giran en torno a esta figura mariana.
En España es patrona del mar
y de la Armada Española. También lo es del Ejército de los Andes, que liderado
por el general José de San Martín, gestó la independencia de Argentina y Chile.
Es considerada Reina y Patrona de Chile, de sus Fuerzas Armadas y de
Carabineros de Chile; También es patrona de la Policía Nacional de los
colombianos, los transportadores en Colombia; En Bolivia es la patrona de la
Nación y de sus Fuerzas Armadas; En Venezuela es la patrona del Ejército. En el Perú nuestro país es “Patrona del Criollismo”
y "Alcaldesa de la Ciudad de Lima".
La devoción a Nuestra Señora
del Carmen, así como a su escapulario marrón, son universalmente conocidas. Una
de las naciones donde esa devoción se halla más extendida es precisamente el
Perú. Entre las numerosas expresiones del culto carmelitano en nuestro país se
destaca, tanto por su antigüedad como por haber mantenido su vigencia a través
de los siglos, la devoción a la Virgen del Carmen. Con María todo y sin ella
nada.
* VIRGEN DEL CARMEN DE LA
LEGUA - Reina y soberana del Callao, Su santuario está ubicado en un lugar
estratégico, en el antiguo camino que unía a la capital peruana con el puerto
del Callao, equidistante entre ambas localidades, a una legua del mar. Su vieja
historia nos remonta a los albores del Virreinato del Perú, cuando un rico
comerciante llamado don Domingo Gomes de Silva, que habría partido
probablemente desde Centroamérica a la Ciudad de Los Reyes, estuvo a punto de
naufragar frente a nuestras costas. En
tal apremio, imploró la intercesión de la Virgen María bajo la advocación de El
Carmen, patrona de los navegantes, prometiéndole con toda la fuerza de su fe
que en el primer puerto al que llegara desembarcaría, y con el producto de la
venta de las maderas que traía, le construiría una capilla en su honor. La rada
adonde pudo aportar, fue precisamente el Callao.
* MONASTERIO DE CARMELITAS
DESCALZAS, Santuario de la virgen del Carmen de Barrios Altos, los orígenes de
esta iglesia carmelitana han permanecido hasta ahora en la penumbra. Se sabía
tan solo que mando construir esta iglesia Doña Catalina María bajo la
advocación de Nuestra Señora del Carmen, para establecer junto a ella luego el
Monasterio de Carmelitas Descalzas que se fundó el 17 de diciembre de 1643. El
16 de julio 1988 la Iglesia del Carmen fue declarada Santuario Mariano
Arquidiocesano por el Emmo. Cardenal Juan Landázuri Rickets.
* SANTIAGO APÓSTOL DEL
CERCADO – Parroquia de la Virgen del Carmen en los Barrios Altos, plazuela del
Cercado, esta antigua parroquia fundada
en el siglo XVII por orden del Virrey Toledo, designándose su administración a
la Orden Jesuita, destinada a la
doctrina de los Indios los cuales estaban cercados a la muralla de la ciudad de
Lima. Al ser expulsados los jesuitas del Perú, la parroquia pasa a ser una
sub-parroquia de la Iglesia de Santa Ana que se encuentra cerca a la plaza
Italia, hasta mediados del siglo XIX,
pero es en el año de 1920 que llegan los PP Carmelitas Descalzos y se hacen
cargo de la Parroquia dándole un carisma netamente Carmelita es de esta forma
que recién es retomada nuevamente como parroquia en 1927 por disposición
pontificia.
CONSAGRACIÓN A LA VIRGEN DEL
CARMEN
“Oh, María, Reina y Madre
del Carmelo,
Vengo hoy a consagrarme a
Ti,
pues toda mi vida es como un pequeño tributo
Por tantas gracias y
bendiciones como he recibido de Dios
A través de tus manos.
Y porque Tú miras con ojos
de particular benevolencia
A los que visten tu
Escapulario, te ruego que sostengas
Con tu fortaleza mi fragilidad,
Ilumines con tu sabiduría
las tinieblas de mi mente
Y aumentes en mí la fe, la
esperanza y la caridad,
Para que cada día pueda
rendirte el tributo de humilde homenaje.
El Santo Escapulario
atraiga
sobre mí tus miradas misericordiosas,
sea para mí prenda de particular
protección en la lucha de cada día,
de modo que pueda seros fiel a tu Hijo y a
Ti.
Que él me tenga apartado de
todo pecado
Y constantemente me recuerde
el deber de pensar en Ti
Y revestirme de tus
virtudes.
De hoy en adelante me
esforzaré por vivir en suave unión con tu espíritu,
Ofrecerlo todo a Jesús por
tu medio
Y convertir mi vida en
imagen de tu humildad,
Caridad, paciencia,
mansedumbre y espíritu de oración.
Oh Madre amabilísima,
Sostenme con tu amor
indefectible,
A fin de que a mí,
pecador
indigno, me sea concedido un día
Cambiar tu Escapulario por
el Eterno vestido nupcial y
Habitar contigo y con los
santos del
Carmelo en el Reino de tu Hijo.
Así sea.”Amen
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