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jueves, 27 de junio de 2013

YOGUR BÚLGARO

Durante siglos fue el secreto mejor guardado de muchas tribus de origen caucásico. 
Hoy el kéfir es conocido en todo el mundo, y cada día reúne más adeptos. 
También llamado yogur búlgaro, se trata de un fermentado lácteo, producto de la combinación de bacterias probióticas (Lactobacillus acidophilus) y levaduras (Saccharomyces kefir) en una matriz de proteínas, lípidos y azúcares.


Los gránulos que son utilizados para su elaboración tienen un aspecto parecido al de la coliflor. Existen tres tipos de kéfir: de leche, de agua y de té o Kombucha (es una bebida fermentada de ligero sabor ácido) ; algunos opinan que el de agua es mejor que el de leche, pero el más extendido es éste último porque tiene mejor sabor. Beneficios del kéfir
Entre sus múltiples ventajas está la de ayudar a reforzar las defensas del organismo, particularmente durante la recuperación de algunas enfermedades. Se ha utilizado satisfactoriamente en padecimientos como reumatismo, asma, estreñimiento, hipertensión arterial, artritis, úlceras gástricas, mala digestión o absorción de los alimentos, enfermedades inflamatorias crónicas y como complemento nutritivo y de precaución en enfermedades como el cáncer o el VIH-Sida.
Como la mayoría de los productos naturales, el yogur búlgaro va regulando poco a poco las funciones del organismo debido a que posee un alto poder desintoxicante y reestructura el ácido-básico. También es ligeramente estimulante, por lo que su uso es adecuado contra el cansancio y el estrés.
De acuerdo con la Asociación Dietética Americana, el consumo de este yogur búlgaro es altamente recomendable para mejorar la capacidad de asimilación de los alimentos y regular el tránsito intestinal, al tiempo de reducir los niveles de colesterol y el riesgo de padecer cáncer de colon; además, el kéfir suave es un buen laxante, pero si se ingiere fuerte es un vigoroso astringente.

Un estudio publicado recientemente por The Food Institute señala que reduce los síntomas de la intolerancia a la lactosa en adultos. La clave está en que la composición de la leche kefirada, que es muy diferente a la de la leche normal. Asimismo, puede darse a los bebés y a las mujeres en lactancia o embarazadas.
A nivel emocional, es aconsejable su consumo en casos de ansiedad, porque mejora el sueño y el apetito, disminuyendo las depresiones.
Para comenzar con el cultivo en leche, se ponen 2 cucharadas soperas de los nódulos de kéfir dentro de un recipiente limpio, preferentemente de cristal de capacidad de un litro. Se llena con medio litro de leche a temperatura ambiente, se cubre con un paño y se deja fermentar dentro de un armario. Ya que algunas vitaminas “A y B2” de la leche pueden verse afectadas por la luz.

En la fermentación intervienen la temperatura de la leche y también la temperatura ambiental. 

La leche no debe nunca sobrepasar los 35º C y la temperatura ambiente ideal esta entre 20 a 25º C. Si la temperatura ambiente es superior se aceleraría el proceso de fermentación y si es inferior se retardaría. 

Es importante sacar la leche de la nevera y dejarla templarse antes de elaborar el kéfir.


KÉFIR DE LECHE  - Métodos de conservación
Dado que el kéfir siempre tiene que estar en leche, cuando no se desea tomar leche kéfirada durante algún tiempo.
   1. Refrigerado: se puede conservar metido en agua sin cloro y con azúcar en el refrigerador durante unas semanas.
   2. Congelado: se limpia bien y se escurre, se introduce en una bolsa de plástico y se congela. Así aguanta mucho tiempo. Para descongelarlo, se saca del congelador y se prepara kéfir de leche durante tres días, desechando este primer kéfir
   3. Deshidratado: se pone el kéfir sobre papel de cocina en un sitio aireado, y se mueve cada cierto tiempo hasta que no está pegajoso. 


Tras este procedimiento puede incluso meterse en un sobre y mandarse por correo. Para hidratarlo se introduce el kéfir en leche durante 2 semanas, renovando la leche cada 2 días. Después de este proceso puede prepararse kéfir de leche normalmente.
Precauciones: Utiliza siempre elementos de máxima calidad (leche de buena procedencia, por ejemplo).
No bebas cualquiera de los kéfires (leche, agua o té) si observas algún cambio anómalo en la textura, olor o sabor.
Sé muy cuidadoso con la preparación del Kombucha, porque puede contaminarse con moho y ser peligroso para la salud.


Muchas personas piensan que solo el yogurt es el unico alimento probiotico, por lo de los lactobacilos, pero hay más y muchos que se pueden preparar en casa como: Miso, Chucrut, Kimchi, Quesos blandos,  Pan de masa madre, Pickles. "Que la comida sea tu alimento y el alimento tu medicina."
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