Durante siglos fue el secreto mejor guardado de muchas
tribus de origen caucásico.
Hoy el kéfir es conocido en todo el mundo, y cada
día reúne más adeptos.
También llamado yogur búlgaro, se trata de un fermentado
lácteo, producto de la combinación de bacterias probióticas (Lactobacillus
acidophilus) y levaduras (Saccharomyces kefir) en una matriz de proteínas,
lípidos y azúcares.
Los gránulos que son utilizados para su elaboración
tienen un aspecto parecido al de la coliflor. Existen tres tipos de kéfir: de
leche, de agua y de té o Kombucha (es una bebida fermentada de ligero sabor
ácido) ; algunos opinan que el de agua es mejor que el de leche, pero el más
extendido es éste último porque tiene mejor sabor. Beneficios del kéfir
Entre sus múltiples ventajas está la de ayudar a reforzar
las defensas del organismo, particularmente durante la recuperación de algunas
enfermedades. Se ha utilizado satisfactoriamente en padecimientos como
reumatismo, asma, estreñimiento, hipertensión arterial, artritis, úlceras
gástricas, mala digestión o absorción de los alimentos, enfermedades
inflamatorias crónicas y como complemento nutritivo y de precaución en
enfermedades como el cáncer o el VIH-Sida.
Como la mayoría de los productos naturales, el yogur
búlgaro va regulando poco a poco las funciones del organismo debido a que posee
un alto poder desintoxicante y reestructura el ácido-básico. También es
ligeramente estimulante, por lo que su uso es adecuado contra el cansancio y el
estrés.
De acuerdo con la Asociación Dietética Americana, el
consumo de este yogur búlgaro es altamente recomendable para mejorar la
capacidad de asimilación de los alimentos y regular el tránsito intestinal, al
tiempo de reducir los niveles de colesterol y el riesgo de padecer cáncer de
colon; además, el kéfir suave es un buen laxante, pero si se ingiere fuerte es
un vigoroso astringente.
Un estudio publicado recientemente por The Food Institute
señala que reduce los síntomas de la intolerancia a la lactosa en adultos. La
clave está en que la composición de la leche kefirada, que es muy diferente a
la de la leche normal. Asimismo, puede darse a los bebés y a las mujeres en
lactancia o embarazadas.
A nivel emocional, es aconsejable su consumo en casos de
ansiedad, porque mejora el sueño y el apetito, disminuyendo las depresiones.
Para comenzar con el cultivo en leche, se ponen 2 cucharadas soperas de
los nódulos de kéfir dentro de un recipiente limpio, preferentemente de cristal
de capacidad de un litro. Se llena con medio litro de leche a temperatura
ambiente, se cubre con un paño y se deja fermentar dentro de un armario. Ya que
algunas vitaminas “A y B2” de la leche pueden verse afectadas por la luz.
En la fermentación intervienen la temperatura de la leche y también la
temperatura ambiental.
La leche no debe nunca sobrepasar los 35º C y la
temperatura ambiente ideal esta entre 20 a 25º C. Si la temperatura ambiente es
superior se aceleraría el proceso de fermentación y si es inferior se
retardaría.
Es importante sacar la leche de la nevera y dejarla templarse antes
de elaborar el kéfir.
KÉFIR DE LECHE - Métodos
de conservación
Dado que el kéfir siempre tiene que estar en leche,
cuando no se desea tomar leche kéfirada durante algún tiempo.
1. Refrigerado:
se puede conservar metido en agua sin cloro y con azúcar en el refrigerador
durante unas semanas.
2. Congelado: se
limpia bien y se escurre, se introduce en una bolsa de plástico y se congela.
Así aguanta mucho tiempo. Para descongelarlo, se saca del congelador y se
prepara kéfir de leche durante tres días, desechando este primer kéfir
3. Deshidratado:
se pone el kéfir sobre papel de cocina en un sitio aireado, y se mueve cada
cierto tiempo hasta que no está pegajoso.
Tras este procedimiento puede incluso
meterse en un sobre y mandarse por correo. Para hidratarlo se introduce el
kéfir en leche durante 2 semanas, renovando la leche cada 2 días. Después de
este proceso puede prepararse kéfir de leche normalmente.
Precauciones: Utiliza siempre elementos de máxima calidad
(leche de buena procedencia, por ejemplo).
No bebas cualquiera de los kéfires (leche, agua o té) si
observas algún cambio anómalo en la textura, olor o sabor.
Sé muy cuidadoso con la preparación del Kombucha, porque
puede contaminarse con moho y ser peligroso para la salud.
Muchas personas piensan que solo el yogurt es el unico
alimento probiotico, por lo de los lactobacilos, pero hay más y muchos que se
pueden preparar en casa como: Miso, Chucrut, Kimchi, Quesos blandos, Pan de masa madre, Pickles. "Que la
comida sea tu alimento y el alimento tu medicina."
Organización Promotora de Actividades Educativas,Desarrollo y Bienestar Social sin fines de Lucro en beneficio del más necesitados niños,joven y adulto mayor.
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