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jueves, 22 de agosto de 2013

AMOR ETERNO Y VERDADERO!

¡Reina del cielo y de la tierra! ¡Madre del soberano Señor del Universo, Dos corazones eternamente unidos en el amor divino!
Virgen Santa María Reina, fue constituida Reina y Señora de todo lo creado, de los hombres y aún de los ángeles.


El 1° de noviembre de 1954, al final del Año Mariano, el Santo Padre Pío XII colocó una corona enjoyada sobre la pintura de Nuestra Señora, Protectora de Roma. En ese momento, se levantó un fuerte llanto de entre la gran multitud congregada en Santa María La Mayor: 

         "¡Viva la Reina!"

El Papa nombró a la Virgen Reina de cielos y tierra, y decretó que se celebrara una fiesta especial para honrarla bajo ese título. No era éste un nuevo privilegio para la Madre de Dios. Ella siempre ha sido considerada nuestra Reina, como lo testifica el arte Mariano desde los primeros siglos y las oraciones, especialmente la Letanía de Loreto. Sin embargo, no había hasta entonces fiesta en particular que lo conmemorara. 
En la actualidad esta fiesta se celebra el 22 de agosto.

Preeminencia: "Su honor y dignidad sobrepasan toda la creación; los ángeles toman segundo lugar ante tu preeminencia".
Poder Real: Que la autoriza a distribuir los frutos de la redención. La Virgen María no sólo ha tenido el más alto nivel de excelencia y perfección después de Cristo, pero también participa del poder de Su Hijo Redentor ejercita sobre las voluntades y mentes.
Inagotable eficacia de Intercesión con su Hijo y el Padre: Dios ha instituido a María como Reina del cielo y tierra, exaltada sobre todos los coros de ángeles y todos los santos. Estando a la diestra de su Hijo, ella suplica por nosotros con corazón de Madre, y lo que busca, encuentra, lo que pide, recibe. 


Reinado de Amor y Servicio: Su reinado no es de pompas o de prepotencia como los reinos de la tierra. El reino de María es el de su Hijo, que no es de este mundo, no se manifiesta con las características del mundo. María tiene todo el poder como reina de cielo y tierra, y a la vez, la ternura de ser Madre de Dios. En la tierra ella fue siempre humilde, la sierva del Señor. Se dedicó totalmente a su Hijo y a su obra con Él, y sometida con todo su corazón, con toda su voluntad a Él, colaboró en el Ministerio de la Redención. Ahora en el Cielo, ella continúa manifestando su amor y su servicio para llevarnos a la salvación. Es tan Reina poderosa como Madre cariñosa, asociada como se halla en la obra redentora y a la consiguiente mediación y distribución de las gracias. El pueblo cristiano, movido de un certero instinto sobrenatural, siempre reconoció la regia dignidad de la Madre del "Rey de reyes y Señor de señores".  Padre y Doctores, Papas y teólogos se hicieron eco de ese reconocimiento y la misma halla sublime expresión en los esplendores del arte y en la elocuente catequesis de la liturgia.



    ORACIÓN
Dios todopoderoso, que nos has dado como Madre y como Reina a la Madre de tu Unigénito, concédenos que, protegidos por su intercesión, alcancemos la gloria de tus hijos en el reino de los cielos. Por nuestro Señor Jesucristo.  
Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra; Dios te salve. A Tí llamamos los desterrados hijos de Eva; a Tí suspiramos, gimiendo y llorando en este valle de lágrimas. 
A tí, pues, Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos; y después de este destierro muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. 
¡Oh clementísima, 
oh piadosa, 
oh dulce Virgen María! 
Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios. 
Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo. 
Amén.

Madre Amor Eterno!


*Una leyenda cuenta que un joven enamorado de una que tenía celos de su madre, le exigió la matase y le trajese su corazón. Va corriendo a llevárselo, pero tropieza y cae. Sale despedido el corazón de su madre. Al recogerlo y tomarlo en sus manos, le dice: “Hijo, ¿te has hecho daño?” Leyenda o historia, no importa. Pero así es el Corazón de la Virgen con nosotros… Nos pregunta lo mismo… y alcanza perdón para nosotros.

**Una enferma llevaba muchos años paralítica sin poder salir del lecho. Alguien le pregunta que si no está nunca triste. Replica “no”. Añade el motivo. “Por esa lucera veo siempre un cachito del gran cielo azul”. 
Los cristianos también levantan su mirada al gran cielo azul. Tienen no sólo conformidad en el dolor, sino la alegría expansiva del Evangelio con horizonte de Familia Eterna.


***Canta mientras caminas, mirando a María… “Hoy, la Virgen Inmaculada, limpia de todo afecto de tierra, llena de pensamientos de cielo, no volvió a la tierra. Siendo ya un cielo animado aquí, es llevada a los celestiales tabernáculos… 
¿Cómo iba a morir Aquélla de la que nació la Vida para todos? 
¿Cómo iba a corromperse el cuerpo que albergó la Vida? 
Cristo, Verdad y Vida, dijo: Donde Yo estoy, allí estará Mi servidor. Luego, con mayor razón, la Virgen tenía que estar donde Él estuviese”
Organización Promotora de Actividades Educativas,Desarrollo y Bienestar Social sin fines de Lucro en beneficio del más necesitados niños,joven y adulto mayor.

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