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domingo, 20 de octubre de 2013

CONDUCTA A TRAVÉS DEL USO DE CONSECUENCIAS.

Los padres generalmente se quejan de pasar por momentos difíciles cuando tratan de levantar a sus hijos para ir al colegio. Los niñ@s se incomodan, comienzan a gritar y quejarse, dando 10000 razones diferentes o
excusas para permanecer en la cama.  
Al principio, los padres tratan de mantener la calma y la paciencia, hablando con sus niñ@s en voz bajita y dándoles razones para levantarse inmediatamente.  
El niñ@ normalmente tiende a ignorar lo que se le dice o niega los beneficios que tiene levantarse” tan temprano”. 
Después de muchos intentos,  los padres habitualmente se molestan y comienzan a forzar la situación, lo que generalmente finaliza en una “pelea abierta”. 
El manejo de la conducta a través del uso de consecuencias es una parte importantísima a la hora de trabajar con niñ@s.  
Las personas cambian sus conductas de acuerdo con las consecuencias que traiga esa conducta: si se hace algo y como consecuencia se genera una herida que duele, existe la posibilidad de que se deje de hacer, o bien, si se realiza algo que produzca satisfacción existe la posibilidad de que se siga haciendo.  
Por lo que si  las personas no experimentan consecuencias por sus conductas, no serán capaces de hacer cambios efectivos. 
Se aprenden o evitan conductas con bastante facilidad cuando las consecuencias están relacionadas con una conducta específica.  
Para la mayoría de los niñ@s las recompensas abstractas funcionaran bien, por ejemplo decirles:  “te felicito”,  “eso me pone muy contenta”, “que bien lo haces” etc, a la vez que  breves reprimendas suelen ser también eficaces.   
Ofrecer consecuencias positivas y tangibles es imprescindible para promover conductas positivas y modificar conductas alteradas y desafiantes.  
El “hablar” puede ser eficaz con muchos chic@s pero con todos, con algunos el “hacer” las cosas suele promover mejores resultados.  
Hay dos factores que deben considerar a la hora de trabajar con las consecuencias: la consistencia y el momento oportuno.  
Las reglas deben ser firmes y aplicadas con consistencia y las consecuencias se deben dar tan pronto como sea posible después de que ocurra la conducta que se desea reforzar o modificar.

*Acostarse consistentemente a una hora razonable es una buena práctica, los padres deben decidir cuál es la hora de acostarse y encargarse de hacerla cumplir todas las noches sin excepción. 
*Establecer un “periodo de transición” entre levantarse y prepararse para ir al colegio.  Levantarse de una cama calentita para ir al colegio es una tarea poco placentera, siendo una de las principales razones por la que muchos niñ@s rehúsan hacerlo, aunque sin embargo, muchos de ellos no tienen problemas para levantarse temprano  el fin de semana o cuando tienen vacaciones.  
En la mayoría de las ocasiones, generalmente lo hacen para ver su programa favorito de la televisión o para jugar.  
Una opción muy interesante sería utilizar el mismo principio, hagan que se levante temprano a ver la televisión.  Durante el tiempo que ve la tele, el niñ@ comenzará a despertarse sin problema.  
Después de que su programa favorito se termine, deben pedir al niño que se vista y tome el desayuno antes de comenzar a jugar o seguir viendo la televisión.  
Después de este segundo periodo de diversión, el niñ@ deberá estar preparado para ir al colegio.   
*Tratar de ser consistentes desde el mismo momento en que se trate de usar este sistema con el niñ@.  No deben darle una “segunda oportunidad” porque cada oportunidad que se le dé, aumentará las posibilidades de un fracaso y el niñ@ “ganará la batalla”. 
*No deben hablar demasiado con su hij@ mientras intentan que se levante por las mañanas ya que cuanto más se le habla, más oportunidades le darán para tratar de convencerles de que le dejen dormir “un ratito más”. 
*Tener una rutina consistente por las mañanas ayudándose con un reloj que indique el tiempo la misma con las secuencias de los programas de la televisión como elemento más motivador.  
Esto le ofrecerá al niñ@ las pautas para la rutina planeada y mejorar su autonomía personal , por ejemplo: levantarse cuando suene el despertador a las 7.30 AM, y ver la televisión hasta que su programa favorito finalice y después vestirse. 
*Si se diera la casualidad de que los problemas persisten, sería necesario hablar con el personal del colegio y preguntarles si el niñ@ ha tenido alguna experiencia desagradable en el colegio y por ello estaría tratando de evitarlo, uno debe observar al niñ@.
Habitualmente muchos niñ@s encuentran muchas cosas que hacer antes de vestirse ya que para ellos, todo parece más importante que prepararse para salir, y a pesar de todos los esfuerzos y paciencia de la mayoría de los padres suelen terminar en conflictos con sus hij@s cada mañana. 
Normalmente, la odisea comienza al levantarse cada mañana y si los padres tuvieron éxito, ellos deben bañarse, vestirse y terminar su desayuno, todo lo cual representa una serie de rutinas que usualmente les agotan desde primera hora y fastidian a toda la familia. 
Como es evidente, esto no es una tarea fácil, no existen recetas mágicas que funcionen con todos los niñ@s e incluso las mejores sugerencias pueden servir un día pero no al siguiente. La cooperación de otros miembros de la familia no sólo es recomendable, sino imprescindible para ayudar a todos a convertir una rutina difícil en una experiencia positiva, recuerden cada niño es un caso particular.  

Es necesario paciencia y constancia para ajustarse a rutinas nuevas y que cada día es diferente, ya que lo que ocurrió ayer, “ocurrió ayer”, simplemente porque ayer se levanto sin problemas no quiere decir que hoy ocurrirá lo mismo. 
Otro aspecto a tener presente es que gritar puede ayudar a disminuir la propia frustración de los padres, pero desde luego, no va a permitirles crear el ambiente agradable para su niñ@.  
Muchas veces los niñ@s pueden tener buenas intenciones, pero también en la mayoría de las ocasiones, tendrán dificultades para iniciar y mantener una conducta adecuada.
Teniendo en cuenta todo lo anterior, es necesario exponer algunas recomendaciones que podrían ser importantes a la hora de “prepararse” para ir al colegio:
*Programar más tiempo del necesario para que los padres y el niñ@ estén listos por la mañana.  
Esto quiere decir que el proceso de “estar listo por la mañana” debe comenzar 90 minutos antes de que tengan que salir para el colegio.
* Permitir un periodo de transición entre levantarse y vestirse.  
Durante esa transición el niñ@ puede escuchar música, hablar con los padres, ver la televisión…  
Es esencial que el niño sea capaz de levantarse en una situación agradable en vez de tener que hacerlo inmediatamente y comenzar una rutina poco satisfactoria.  
Si el niñ@ no se despierta es ideal recordarle que está perdiendo la oportunidad de hacer algo agradable, al igual que tendrá que espabilarse para ir al colegio.

*Antes de irse a la cama, los padres deben revisar si el trabajo del colegio está completo y preparar la ropa que se va usar al día siguiente, ya que solo de esta manera, queda libre la mañana para levantarse y prepararse para salir, no para revisar las tareas, encontrar la ropa o tomar decisiones acerca del colegio. 
Es importantísimo ser firmes y consistentes en todo momento.   
No deben permitir que el niñ@ llegue tarde o se pierda un día de colegio debido a su mala conducta por la mañana.  
Esto, simplemente, creará más problemas en el futuro y lo hará más irresponsable.   
Organización Promotora de Actividades Educativas,Desarrollo y Bienestar Social sin fines de Lucro en beneficio del más necesitados niños,joven y adulto mayor.

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