¡Ser
precavidos es quererlos!
Las Fiestas De Fin De Año, Para Nosotros es Alegría,
Para los animales Sufrimiento.
No todos los animales manifiestas el mismo
comportamiento ante las celebraciones de fin de año, ruidos de petardos, mucha
gente en el mismo lugar, etc… y no nos damos cuenta que estos cambios
constantes durante estas fechas de festividad, generan una situación de gran
estrés en nuestras mascotas.
Es bien sabida la superioridad auditiva de los
perros frente a los humanos, ellos tienen la capacidad de escuchar hasta el
sonido de ratas y murciélagos, imperceptibles para nosotros.
Los oídos de los
perros son súper desarrollados, pero en
estas fechas les produce una desventaja porque al escuchar de más, sufren terriblemente sobre todo con los petardos.
El temor excesivo a los petardos y truenos es
frecuente en los perros.
Este problema afecta tanto a la mascota por el
sufrimiento que padece y por el riesgo de que el animal pueda lastimarse a sí
mismo al tratar de escapar o esconderse, como a su propietario ya que el perro
puede agredirlo cuando su dueño intenta ayudarlo.
Los animalitos se desesperan
que algunos deciden huir en búsqueda de seguridad, muchas veces arriesgando su
vida al saltar de terrazas o balcones.
Se extravían, se accidentan, u ocasionan
heridas graves a otro animal o a un ser humano, algunos corren tras los petardos y pueden lastimarse
si los mismos estallan cerca de su cuerpo.
Es por eso que hay que ser
extremadamente cuidadosos con ellos, y tomar medidas preventivas para que en
estas fechas en las que para los humanos son una alegría y para ellos toda una
pesadilla.
Acostumbrados los humanos por lo general a comer alimentos más
pesados y de difícil digestión en estas fechas y a manera de demostración de
afecto para con las mascotas, comúnmente compartimos nuestro alimento con
ellos, pero si es que no los queremos ver sufrir, no es aconsejable hacerlo,
pues el cambio de alimentación les genera un mal estomacal.
En el caso de
encontrase obligado a dejar a su mascota sola en la casa, ubíquela en un lugar
en el que esté habituada a estar, que le brinde refugio, sea fresco y
ventilado, pero alejado de los ruidos.
Asegúrese de dejarle un juguete o algo
para morder, además de agua fresca y alimento.
De ser posible, ubique su cama o
algún otro elemento que reconozca, para que se sienta seguro.
Si esto no le
genera mayor incomodidad, también puede colocar tapones de algodón en sus
oídos. Nunca deje a su mascota atada, podría agitarse muchísimo y ahorcarse al
intentar huir de los ruidos.
EL CARIÑO ENTRE LOS ANIMALES REVELA LA
OBRA DE DIOS, A menudo la cooperación y solidaridad entre los animales ponen en
evidencia el altruismo y el amor con que están dotados. Solidaridad rima con
humanidad Podemos juzgar el corazón de un hombre según como trata a los
animales.
NO A LA PIROTECNIA.
*Ser veterinario no es solamente cuidar a los animales. Es sobretodo amarlos, no fijándose solo en los patrones éticos de una ciencia médica.
Ser veterinario es acreditar la inmortalidad de la naturaleza y querer
preservarla siempre más bella.
*Ser veterinario es oír los maullidos, mugidos,
balidos, relinchos, cacareos, y ladridos, y principalmente, interpretarlos y
entenderlos.
Es gustar de la tierra mojada, del campo, del monte, de los
espacios abiertos, de lunas y lluvias.
*Ser veterinario es no importar si los animales piensan, pero si, si sufren. Es dedicar parte de su ser al arte de salvar sus vidas.
*Ser veterinario es aproximarse a los instintos. Es perder los miedos. Es ganar amigos de pelos y plumas, que jamás te van a decepcionar.
*Ser
veterinario es detestar encierros y jaulas.
Es perder un tiempo enorme
apreciando rebaños, tropillas, y vuelos de pájaros.
Es descubrirse
permanentemente, a si mismo, a través de los animales.
*Ser veterinario es ser
capaz de entender meneos de colas, arañazos cariñosos y mordiscos de afecto.
*Ser veterinario es ser capaz de entender ojos tristes, orejas caídas, narices
calientes, inquietudes o reposos anormales.
*Ser veterinario es entender el
lenguaje corporal de los animales, pedidos mudos de ayuda, interpretar gestos y
actitudes de dolor, y conocer la forma de aliviarlos. Es sentir olor de pelo
mojado, de almohada con esencia de gato, de ovejas, de corral, de estiércol.
*Ser veterinario es tener el coraje de penetrar en un mundo diferente y ser igual.
Es tener capacidad de comprender gratitudes mudas, más sin duda alguna, las
únicas verdaderas.
Es oler el aliento de un cachorro lactante y recordar su
propia niñez.
*Ser veterinario es convivir lado a lado con enseñanzas profundas
sobre amor y vida.
*Ser veterinario es participar diariamente del milagro de la
vida.
Es convivir con la muerte, saber que es definitiva, pero no siempre
desagradable.
Todos nosotros podemos estudiar veterinaria, pero no todos
seremos veterinarios.
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