Las personas difíciles son un desafío para la mayoría de nosotros. En nuestro trascurrir de la vida siempre compartimos con muchas personas, pero entre esas, hay personas difíciles y estas pueden ser aquellas que viven a tu
lado, tal vez estudian o trabajan contigo. Pueden ser tus amigos o vecinos hay de todos los tipos...
Los muy callados, que uno no sabe ni lo que piensan ni lo
que quieren porque no dicen nada.
Los egoístas super sabios, que todo lo saben y todo lo
quieren, no les importan los demás.
Los que se quejan todo el tiempo, es tan crítico su hábito
que parecen disfrutarlo, lloran, siempre hay algo que está fuera de lugar para
ellos.
Los manipuladores, que “se aprovechan de tu nobleza”, y quieren que hagas siempre las cosas a su
modo.
Los dominantes, parecidos a los manipuladores pero son
directos, tercos y no son flexibles.
Los de una piedra en el camino, que no quieren que avances en
la vida. La idea para ellos es detenerte o desanimarte aunque en apariencia se
ven tan dulces.
Los adictos, tienen conductas o hábitos que no son buenos,
no les importa hacer lo que sea con el fin de conseguir sus dosis de adicción,
bien sea mentir, dejar a otros sin nada, tomar lo mejor, lo que quieren lo
quieren ya.
Los airados, con frecuencia están enojados, algunos de ellos
son también abusadores con aquel que se les cruce en su camino, amenazan y
dicen toda clase de palabrotas.
¿Qué podemos hacer si estas personas difíciles están siempre
cerca de nosotros?
Tenemos que planear
una estrategia para no extresarnos todo el tiempo con ellos.
-Si son familiares cercanos o compañeros de estudio o
trabajo, nos tocará poner límites, usar la palabra “No….”, Mentalizarnos que no es nuestro problema sino el de ellos.
Examinar nuestras actitudes cuando ellos están cerca, porque
tal vez seamos parte del problema,o tal vez necesitemos tratarlos de otra
manera.
Despegarnos emocionalmente por un tiempo si son amigos para
ver si mejora la situación, no recibir sus llamadas, ni mensajes, ni visitas.
Conoce tus limites, no es necesario que aguntes un abuso, aguanta lo que puedas pero ponte un limite.
Tratar de entenderlos aunque no justifiquemos su actitud, podríamos orar por ellos
Entender que algunas
personas tal vez nunca van a cambiar, así que nos preparamos en nuestros
pensamientos para que no nos afecte tanto su actitud, así sentiremos menos
estrés y nuestra convivencia será mejor.
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