Carlos II nació el 29 de
mayo de 1630, siendo el segundo hijo varón- pero primogénito de hecho, pues el
hijo mayor murió al nacer en 1629, fue rey de Inglaterra, Escocia e Irlanda
entre 1660 y 1685 (de hecho) hasta su
muerte, artífice de la Restauración al recobrar el trono de sus padres,
presidió una época en la que el reino insular sufrió una revolución cultural y
científica extraordinarias después de la sombría dictadura de los Cromwell
(Oliver y Richard); revolución que también afectó las costumbres y la moral de
la sociedad británica.
El rey, como
máximo representante de su nación y espejo en el que sus súbditos se miraban,
fue un monarca alegre, jovial, amante de toda novedad, divertido y
terriblemente mujeriego; su vida privada era de todo menos eso, privada.
Aunque
andaba casado con la Infanta Catalina de Portugal, sus aventuras
extramatrimoniales se contaban por decenas.
De su larga lista de conquistas
femeninas, de las que se registraron 14, resultaron por lo menos una quincena
de bastardos que compensaron la tan cacareada esterilidad de la reina.
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